Musa sin ataduras

Musa sin tiempo
te entregas en brazos amantes
las equidistantes sombras se anulan
y es sólo la penumbra quien murmura

y el silencio es
de pieles que conjugan dulzuras
de salados labios que gritan
el arrullo pendular de los roces

Musa sin ataduras
te vuelves frágil temblor
y fragancia terrena y etérea

eres la que brinda desvelos
para luego tu desnudez calmar
en los ojos cerrados de besos.

Soneto sin cicatrizar

Nunca te espero
las marcas de tu olvido
siguen molestando
como si te llamara sin voz

como si vos te metieras
debajo de las heridas
de las cenizas
que el viento no se lleva

Nunca me permito esperarte
pero las razones caen
y la lluvia nunca se calla

¿cómo se quema una cicatriz?
y si el agua me besa con tu nombre
¿cómo evito que otra vez me duelas?

Soneto de marea salpicada

Aunque la lluvia insista
en asediarme con sus precipicios
¿cómo devuelvo este alquiler
de tormenta que no cesa?

Aunque el diluvio persista
y sienta que estoy respirándote
¿cómo cancelo esta humedad en picada
que programaste en tu partida?

¿a quién le reclamo esta mentira
de reconocerte en la marea
que salpica esta ventana?

¿a quién le pido explicaciones
si ya no volverás a estar aquí
empañando mis retinas?