Destrocé tu aliento
incrustado en el espejo
con forma de preguntas
que no se evaporaban
Desintegré las escamas de tus noches
ese puñado de insanía desesperante
que solías apuñalarme porque sí
cuando la luna pendular de tus antojos
torturaba a mis ciclos de penumbras
Destruí tus miradas
tatuadas en los aguaceros
y para que no me atraparas con lluvias
incendié todos los desvelos
Derrumbé nostalgias hasta amanecer
entre escombros y olvidos
y para que no volvieras a persistirme
tuve que hacer jirones esta existencia
y tuve que salvarme de mi mismo
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