La noche de mis sienes
se abre sedienta bajo la tormenta
para calmarse de tanto
incierto desierto sediento incendio
Las gotas hacen eco
se acumulan para ahogarme
como la lenta asfixia de esta
desrespiración asmática quejumbre
Las horas se llevan mis supuestos
para que termine de asimilar esta derrota
aunque nadie reclame haberme vencido
aunque las voces de mis manos
sigan con el mismo silencio
y el mismo desvarío sin respuestas
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