Precipitada

Ella trae el milagro
sensaciones bajo la lluvia
para estremecerme la boca
e inundarme de roces precipitados
para atormentar mi resistencia
a sentir que todo es posible

y arrastra a su corriente de impulsos
envuelve con sus vehemencias diáfanas
en un abrir y cerrar de concupiscencias

y abraza con agua impaciente
hasta nublarme los poros los ojos
hasta dejarme de mareas ahogado
respirando hasta saturarme
con toda su dulce humedad

Soneto para la del reencuentro

Me acercaré a tu arroyo murmullo
para escuchar cómo eras
y sorprendernos en las miradas
con nuevos destellos

Abriremos el juego improvisado
de los que aún se reconocen pares
y el tiempo será entre nosostros
cómplice y testigo

Y en un imperceptible momento
arrojaré una piedrita a tu río
para anclarme a tu lecho

un instante bastará para quedarnos
en las impresiones sensoriales
en este recuerdo compartido

Aferrarse

No te permito que me faltes
aferraré a tus recuerdos
los amarraré para este viaje
de naufragios y decepciones

No te dejaré partir
encadenaré tus voces y silencios
para que me duelan de nuevo
tus intentos de escaparte

Cancelaré la libertad
que los compartidos momentos
tienen para marcharse
hacia la desmemoria

Cortaré todo posible aire
y mancharé de oscuridad tu despedida
para no sentir como es debido
y asfixiarme así con las mentiras

Soneto para la perdida

Buscarte es una excusa
para no entregarle al sueño
la ficción de cerrar la noche
con los ojos en derrota

es no asumir el desvarío
de perseguir en la tormenta
la tortura del desencuentro
que borra tu incierta imagen

es gritar tu ausencia
hasta que el viento nuble
con arena la garganta

Buscarte es creer que esta ceguera
se volverá una luz palpable
aunque eso jamás suceda

Reparto de bienes

Te llevaste la inconstancia
de tus tostadas para raspar
dejaste hecha un bollo tus sombras
y las sobras de tu aroma

Te llevaste los dulces precipicios
donde me arrojabas a la medianoche
y abandonaste las ganas de
compartir los acuerdos tácitos
y desordenaste alfabéticamente
los problemas sin resolver

Te llevaste las miradas impregnadas
en los desgastados rincones
y la simple alegría
que venía de festejo
Dejaste atadas las preguntas
que me ladran cada mañana

Te llevaste demasiado
y me dejaste el alma
con el agua hasta el cuello

Soneto para la que atormenta

Absorbo las lluvias de sudeste
(que solías reírme)
para no caer en la compulsión
de mis respiraciones nocturnas

Acumulo tus últimos ecos
para arrancarme de las mañanas
la acidez de los silencios
la ulceración de tu ausencia

Apilo adoceno tus memorias
no sé qué hacer por las tardes
mientras las ambulancias me buscan

Acomodo los estantes instantes
como para que no me tome por sorpresa
ese milagro tuyo de destruirme

Desarraigo

En tu ausencia no hay tranquilidad
no hay paz en este incendio
los árboles de mí se alejan
como una manada hacia las fuentes
que gritan su silencio de agua

En tu desierto no hay refugio
no hay aire suficientemente congelado
buscarte es perseguir
las secas huellas de un río
en sus vaivenes de asfalto

En esta marea anónima contable
no hay forma de descubrir
tu sinceridad de contraprueba
tus icónicas sonrisas
desparramadas en el cristal líquido
tu locura que se manifiesta
en las enredaderas de preguntas
que desbordan y abruman
las sobrias murallas

En esta pesadilla no hay respiro
un desarraigo para las sensaciones
que se mutilan si no perciben
las luces de tu regreso

No hay balsas salvadoras
ni bálsamos de alivio
no hay escapatorias de emergencia
para este simulacro de suicidio