viernes, 8 de febrero de 2008

Soneto para la que atormenta

Absorbo las lluvias de sudeste
(que solías reírme)
para no caer en la compulsión
de mis respiraciones nocturnas

Acumulo tus últimos ecos
para arrancarme de las mañanas
la acidez de los silencios
la ulceración de tu ausencia

Apilo adoceno tus memorias
no sé qué hacer por las tardes
mientras las ambulancias me buscan

Acomodo los estantes instantes
como para que no me tome por sorpresa
ese milagro tuyo de destruirme

4 comentarios:

Fer dijo...

a mi tu soneto me estremece..."ese milagro tuyo de destruirme".

mejor adorar a la
lluvia que vive siempre, aún después de la sequía.

beso

Unknown dijo...

Amo la lluvia, el problema es la inundación.

Abrazo

Fer dijo...

jijijiii!y bueno, ya vió las cosas que se dicen de los excesos...

Unknown dijo...

Como diría william blake "el camino hacia la sabiduria es por medio de los excesos, porque no se conoce lo que es demasiado hasta que se ha tenido más que demasiado"