miércoles, 3 de septiembre de 2008

Soneto para la imprevista

Nada para decirte excepto
vos muchacha imprevista
no podés darte una idea de lo mucho
que el insomnio se parece a una ilusión
cuando los párpados se acuestan
y no queda más que detener un instante
el movimiento de brazos giratorios
y permitir que invadas cada rincón
de la extensa noche imaginada
sólo porque el destino ata
en esta tragedia cotidiana inverosímil
marcando con nudos al cuello excepto
cuando vos imprevista muchacha
me dejás sin nada que decir

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