domingo, 16 de diciembre de 2007

Soneto para la indeleble

El tiempo no cura los moretones
sólo te anestesia los recuerdos
Las heridas se vuelven grietas
huellas con nombres y fechas

La distancia no borra desesperaciones
ese no saber dónde se puede respirar
Las ausencias forman abismos
que no se llenan con imágenes nuevas

Nada provoca el alivio
La quietud sólo es certeza
para las cruces de los que se van

Nadie nunca te volvió a pronunciar
salvo esta agonía silenciosa
que me lleva ciegamente a donde estás

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