Que sea tentarojamente irresistible
la cita de sus labios
que sea la amabilidad de sus sonrisas
la sutil invitación a los dulcesueños
que sus palabras alejen
los malos augurios que trae
esta grisemplomada ciudad
que siga siendo la probable
incluso cuando ya sea certeza
para esmerarme en demostrar
lo mucho que ella vale la pena
que su brisa sobre mis latidos
sea un mar incontrolable
que su amor de locura me embriague
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