martes, 29 de abril de 2008

Soneto para la que persiste

Te escuché en un murmullo
cuando la mañana aún no era
Tu misma voz de ayer
en una brisa que no claudica

¿Cómo mutilo esta sensibilidad
para que tu persistencia onírica
se vuelva sustancia etérea
o endeble hojarasca en vuelo?

¿Qué clase de maldición o sortilegio
hará que se seque la fluidez
de ahogarme en tu fragancia?

¿Por qué el sueño cómplice
me despierta bruscamente buscando
tus rastros en mi boca?

4 comentarios:

p dijo...

hay perfume de otoño
en tus palabras
hay ecos dormidos
de amores viejos

Manón dijo...

porque todavía no es hora...
pero deje que el tiempo
juegue sus cartas
sobre le paño gris de los olvidos

vendrán otras bocas
con ases en la manga,
vendrán otras manos
repartiendo las cartas.

Y uno, que se sigue apostando.

Unknown dijo...

señorita p: tiene razón, el otoño siempre es un momento propicio para dejar caer las hojas de amores ya secos.

madame manon: nunca me permito no apostar al amor, aunque el azar se vuelva en contra y el universo juegue seguidamente con sus naipes marcados.

señorita fer: gracias tácitas y explícitas por las sugerencias y su borratinta digital.

Fer dijo...

gax: amigo!